martes, 26 de octubre de 2010

ROPA DE TRABAJO = CHAQUETA AZUL + BOTAS DE CAUCHO

Con el paso de los días algo dentro de mi vestimenta se fue convirtiendo inconscientemente  en ropa de trabajo, un par de prendas que me acompañaban en cada aventura rural, a veces  las vestía desde la primera hora de la mañana y otras cuando la vía o el clima lo ameritaban. Dentro de mi maletín se guardaban cuando no hacia frío, no había lluvia, y cuando las carreteras estaban en buenas condiciones, en otras palabras, casi siempre tenía puesto el uno, el otro o ambos; terminaron convirtiéndose en mi uniforme de trabajo, más aún que la camiseta  blanca de computadores para educar.


Las dos prendas de las que les hablo, como dice el titulo de ésta entrada (Publicación) son: mi chaqueta impermeable azul oscura (Que aunque no lo crean calienta) y mis botas pantaneras negras marca Venus. La chaqueta la tengo hace mucho tiempo, si mal no estoy desde que estaba en grado octavo del colegio (Por allá en 1998), mi mamá me la dio junto con una sombrilla y una gorra durante una jornada invernal que asediaba al país, esa misma chaqueta con más de 12 años es la que me acompaña por estos días en las jornadas laborales, lo anterior comprueba cuatro cosas:
  1. Que cuido mucho las cosas.
  2. Que mi mamá es sabia y me compraba la ropa un par de tallas mas grandes y así duraba más tiempo.
  3. Esa costumbre de cargar el Kit de invierno, estando siempre preparado para la lluvia, se convirtió en una salvación durante los viajes rurales.  
  4. Las madres que dotan a sus hijos con este tipo de Kits de invierno, son muy inteligentes cuidando a sus hijos, pues uno sale más caro enfermo que aliviado jajajajajajaja.

Mencioné otro elemento característico de mi Kit de invierno actual que es la sombrilla, pero en ésta no me detendré mucho, las sombrillas que venden hoy en día salen de muy mala calidad, siendo necesario comprar sombrilla casi  que cada mes.


Finalmente están mis botas, con las que me podía adentrar en las montañas, detalle con el cual me sentía uno más de los lugareños en el campo, las compré éste año cerca de la galería de Armenia y concluí que los campesinos tienen pie pequeño, porque fue una verdadera odisea encontrarlas talla 42, mis botas están el 80% del tiempo sucias y cuando las limpio es porque ya me da pena jajajajaaja.

Con mi peculiar vestimenta se que parezco un ingeniero, pero agropecuario (Como dijo Merchán: De la C.R.Q.), así me siento cómodo desarrollando mi labor, los campesinos a veces llegan a entrar en camaradería (Algo muy importante) y dejan de verme como “EL INGENIERO”, para empezar a ser Alejandro con todo el respeto que implica la amistad en el campo… A veces me incomoda ser llamado así “Ingeniero”, parece que trazaran un muro entre ellos y yo; sin embargo eso es lo que soy y para eso estudié para ingéniamelas, diseñar, gestionar, hablar, explicar, valorar, pensar  y otras tantas.

MIS COLORES

Si señores (Y señoras), MIS COLORES, los he desempolvado de su bolsita para ser nuevamente utilizados y ya les contaré el cómo y por qué. Dentro de mis labores como delegado C.P.E. debo desarrollar cierta actividad lúdico-artística con la comunidad educativa que consiste en diseñar, realizar y decorar un logo que represente el aula donde se ubican los computadores, así como un letrero que contenga el nombre de la misma. Lo ideal es que los dos productos anteriores se adelanten principalmente con los miembros y cabezas visibles de la comunidad, el problema, el gran problema es que éstos en palabras textuales: “No cuentan con tiempo para dedicarle a pintar y hacer dibujos” más aún en las fases iniciales del proceso cuando los computadores siguen siendo una ilusión, además por esos días había cosecha cafetera en mis municipios.




Opté entonces por realizar la actividad del logo y nombre del aula con los niños de las escuelas; la actividad consistía en que después de realizado el  boceto del dibujo (Logo) y de las letras (Del nombre del aula) cada niño tiene 20 segundos (Contados por los estudiantes del salón de clase en voz alta) para colorear lo que alcance, así entre todos coloreábamos y aportábamos en conjunto a estas obras de arte a veces abstracto, y en otras preocupante;  antes de continuar con la historia de los colores me gustaría mencionar algo, encontré ciertos dibujos muy particulares (No hablaré de los corazones, flores, casas, carros, arcoiris-es jajajajajajaja y otros dibujos típicos de los niños) se trataba de dibujos con personas sin brazos, cabezas de grandes ojos y dos patas, cruces y símbolos.




Indagando un poco recuerdo que una docente me dijo que cuando un niño dibujaba personas sin brazos era que les hacía falta amor, lo de las cruces o símbolos  no lo considero tan descabellado pues en la vereda que mayor cantidad de éstos se hicieron, la comunidad es mayoritariamente cristiana y de estos podría provenir tanta simbología ( Aún así me dejó preocupado ver una cruz nazi entre los trazos); pero lo que me pareció más intrigante fueron los dibujos de las cabezas con ojos grandes y dos patas, fueron dibujados por dos hermanitos muy extraños (Sin ofender), lo primero que me dijo el profe y los compañeritos era que ellos no hablaban y que tampoco sabían agarrar bien el lápiz (Al parecer recién llegados a la escuela, por lo que me pareció comprensible), yo con mi buena onda e intentos fallidos por hacerlos integrarse a la actividad no conseguí mucho, cuando los llamaba para que colorearan se quedaban mirándome hasta que yo tomaba la decisión de seguir con otro niño para colorear, en la segunda fase de la actividad que no es de colorear sino de dibujar ellos se hartaron de que yo los convidara y vinieron a dibujar; empezaron haciendo cuadrados (Pensé yo: Lo normal, son niños que apenas están soltando la mano con planas), pero en su siguiente intervención realizaron estos amorfos de dos patas que me impactaron mucho, no imagino el tipo de experiencias por las que han tenido que pasar estos niños, pensé en espantos, muertes, agonías, suicidios, pobreza, tristeza; algo tan fuerte como para que estos niños no hablen.  



Plop… continuemos con los colores, en cada escuela les contaba a los niños que dentro de esa bolsa había colores que databan de cuando yo estaba en segundo de primaria, era mis inmortales Magicolor  con doble punta y doble color (En bolsita de doce lápices, mejor dicho, tenía 24 colores), unos de tamaños diminutos (Los más bonitos y más gastados) y otros muy poco utilizados. Durante las actividades también me acompañaron colores del ultimo año en que me compraron, es decir, de quinto de primaria, los colores marca crayola, los americanos que no se les dañaba la punta tan fácilmente (Esos fueron los colores más pupi que tuve y fue por exigencia del colegio lo de la marca en particular); en cada escuela les contaba esa historia, la de unos colores  con ya casi 20 años de existencia, que aún se conservaban en un cajón de mi casa y habían sido vueltos a la vida para que ellos los utilizaran, esa historia los motivaba porque se daban cuenta que yo era como ellos, un niño, así como cuando escuchábamos a nuestros padres diciendo lecciones de clase memorizadas que databan de su primaria, en aquellas ocasiones que nos ayudaban a estudiar (Costumbre que con el paso del tiempo se pierde a pasos agigantados).

¡Y los colores han vuelto a tener vida!

Tan Tan.

sábado, 9 de octubre de 2010

HISTORIAS DE WILLYS

Hasta el momento dentro de lo escrito he tocado temas relacionados con los actores  convencionales de la comunidad educativa  como son: docentes, rectores, niños, estudiantes, comunidad y alcaldía, omitiendo el mencionar a ciertos personajes poli-faceticos que en muchas oportunidades me han llevado a aquellas escuelas hasta dónde llega la carretera, son los conductores de los willys, en especial los del turno (Turno de las 6:00 am o de la 1:00 pm o de las 4:00 pm), porque los que transportan estudiantes salen a horas no convenientes para mi labor.

Con algunos  de ellos he tenido la oportunidad de conocer de manera oral la historia de sus vidas, del pueblo, de la vereda, de la hija de zutano y el primo de menguano; también he desempeñado una labor importante en un trabajo indirecto que estos conductores tienen desde tiempos inmemorables y es el de acarreo de productos del campo, de dinero, de razones y de recargas de celular, mi labor consiste en recibirle al conductor la encomienda mientras este arranca nuevamente.  
Hay en especial una conversación que no olvidaré y me fue contada en medio de las vías rurales visitando algunas sedes educativas de Génova.  


Hace mucho tiempo en una tierra muy muy lejana existían los malos, los buenos y la comunidad (En la que se encontraban los conductores de willys), tanto malos como buenos necesitaban transportarse por la zona rural de esas lejanas tierras, debido a que tenían compañeros viviendo en medio de la montaña; pero el problema radicaba en que ni buenos ni malos se podían encontrar en el camino, si esto sucediera  y cuando sucedía habían baños color escarlata por las cunetas en las vías.

Los conductores de willys que como bien sabemos deben cubrir ciertos turnos o rutas hacia las veredas,  empezaron a ser utilizados por ambos bandos como emisarios evitando encontrarse en medio del camino los de un lado con los del otro; utilizados para hacer mandados, acarreos y llevar razones de todo tipo, que a nadie le gustaría dar; de negarse a cumplir su vida se vería en peligro……….. posteriormente los buenos se dan cuenta que los conductores le están sirviendo a los malos y viceversa, siendo entonces amenazados los conductores por parte y parte, lo que conlleva a la reducción en la calidad de vida de los mismos, pues en muchas ocasiones desde que se pudiera, se veían obligados a dejar de prestar su servicio como transportadores, les era complicado conservar el sueño, su vida estaba teñida de zozobra  y nerviosismo, temiendo que algún día llegaran representantes de un bando o del otro a ajusticiarlos; porque aunque la orden era no servirles, muchas veces se vieron obligados a hacerlo, teniendo un fusil apuntándoles.


Tiempo después……… Algunos conductores murieron, otros fueron judicializados y quienes salieron bien librados de esas épocas repudiadas, son quienes conducen estos carros de guerra que en Colombia, que en el Quindío permiten que un campesino pueda bajar desde su finca al pueblo para hacer mercado los sábados.