martes, 26 de octubre de 2010

MIS COLORES

Si señores (Y señoras), MIS COLORES, los he desempolvado de su bolsita para ser nuevamente utilizados y ya les contaré el cómo y por qué. Dentro de mis labores como delegado C.P.E. debo desarrollar cierta actividad lúdico-artística con la comunidad educativa que consiste en diseñar, realizar y decorar un logo que represente el aula donde se ubican los computadores, así como un letrero que contenga el nombre de la misma. Lo ideal es que los dos productos anteriores se adelanten principalmente con los miembros y cabezas visibles de la comunidad, el problema, el gran problema es que éstos en palabras textuales: “No cuentan con tiempo para dedicarle a pintar y hacer dibujos” más aún en las fases iniciales del proceso cuando los computadores siguen siendo una ilusión, además por esos días había cosecha cafetera en mis municipios.




Opté entonces por realizar la actividad del logo y nombre del aula con los niños de las escuelas; la actividad consistía en que después de realizado el  boceto del dibujo (Logo) y de las letras (Del nombre del aula) cada niño tiene 20 segundos (Contados por los estudiantes del salón de clase en voz alta) para colorear lo que alcance, así entre todos coloreábamos y aportábamos en conjunto a estas obras de arte a veces abstracto, y en otras preocupante;  antes de continuar con la historia de los colores me gustaría mencionar algo, encontré ciertos dibujos muy particulares (No hablaré de los corazones, flores, casas, carros, arcoiris-es jajajajajajaja y otros dibujos típicos de los niños) se trataba de dibujos con personas sin brazos, cabezas de grandes ojos y dos patas, cruces y símbolos.




Indagando un poco recuerdo que una docente me dijo que cuando un niño dibujaba personas sin brazos era que les hacía falta amor, lo de las cruces o símbolos  no lo considero tan descabellado pues en la vereda que mayor cantidad de éstos se hicieron, la comunidad es mayoritariamente cristiana y de estos podría provenir tanta simbología ( Aún así me dejó preocupado ver una cruz nazi entre los trazos); pero lo que me pareció más intrigante fueron los dibujos de las cabezas con ojos grandes y dos patas, fueron dibujados por dos hermanitos muy extraños (Sin ofender), lo primero que me dijo el profe y los compañeritos era que ellos no hablaban y que tampoco sabían agarrar bien el lápiz (Al parecer recién llegados a la escuela, por lo que me pareció comprensible), yo con mi buena onda e intentos fallidos por hacerlos integrarse a la actividad no conseguí mucho, cuando los llamaba para que colorearan se quedaban mirándome hasta que yo tomaba la decisión de seguir con otro niño para colorear, en la segunda fase de la actividad que no es de colorear sino de dibujar ellos se hartaron de que yo los convidara y vinieron a dibujar; empezaron haciendo cuadrados (Pensé yo: Lo normal, son niños que apenas están soltando la mano con planas), pero en su siguiente intervención realizaron estos amorfos de dos patas que me impactaron mucho, no imagino el tipo de experiencias por las que han tenido que pasar estos niños, pensé en espantos, muertes, agonías, suicidios, pobreza, tristeza; algo tan fuerte como para que estos niños no hablen.  



Plop… continuemos con los colores, en cada escuela les contaba a los niños que dentro de esa bolsa había colores que databan de cuando yo estaba en segundo de primaria, era mis inmortales Magicolor  con doble punta y doble color (En bolsita de doce lápices, mejor dicho, tenía 24 colores), unos de tamaños diminutos (Los más bonitos y más gastados) y otros muy poco utilizados. Durante las actividades también me acompañaron colores del ultimo año en que me compraron, es decir, de quinto de primaria, los colores marca crayola, los americanos que no se les dañaba la punta tan fácilmente (Esos fueron los colores más pupi que tuve y fue por exigencia del colegio lo de la marca en particular); en cada escuela les contaba esa historia, la de unos colores  con ya casi 20 años de existencia, que aún se conservaban en un cajón de mi casa y habían sido vueltos a la vida para que ellos los utilizaran, esa historia los motivaba porque se daban cuenta que yo era como ellos, un niño, así como cuando escuchábamos a nuestros padres diciendo lecciones de clase memorizadas que databan de su primaria, en aquellas ocasiones que nos ayudaban a estudiar (Costumbre que con el paso del tiempo se pierde a pasos agigantados).

¡Y los colores han vuelto a tener vida!

Tan Tan.

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